A mí me gustaría una gratitud y admiración hacia la obra del político gobernante. Honraría su memoria, adquiriendo el compromiso de difundir su pensamiento y documentar la significativa aportación que hizo a nuestro país.
PA010004 - 1/10/10 - Escultura hecha por Quiñonero en 1990 |
A mí me gustaría que tuviera la única autoridad que permanece y es digna de ese nombre: la moral. Que fuera constructivo y positivo, que pensara que cada problema tiene una solución. Que luchara con el arma de la palabra, sin rencor y sin odio, con firmeza, juego limpio y hombría de bien. Que tuviera los valores de la concordia, el entendimiento y el consenso político en pos del bien común, como activos definitorios de la justicia.
Pienso que los hombres se hacen, no se fabrican, y así un político no es fruto de la producción de una cadena de montaje, sino de un aprendizaje incesante, implacable, donde se entreven las circunstancias vitales, el conocimiento adquirido por el estudio, la reflexión y la experiencia multidisciplinar
A mí me gustaría que tuviera esa pulcra probidad moral donde se asienta acusadamente el humanismo propio. Un humanismo sustentado en el pilar de la libertad. fundamento de la condición humana y origen de la dignidad del hombre.
A mí me gustaría que apareciera en su gestión la coherencia sin fisuras entre sus actos y sus ideas y en la altura de miras que siempre a de presidir su conducta.
Aunque estos valores parecen olvidados en un segmento de la clase política, a mí me gustaría que resurgieran de forma natural y no azuzados por un pueblo agobiado, espantado de lo que está sucediendo, viendo y sufriendo. La historia nos ha dejado ejemplos de la reacción no deseable de los pueblos oprimidos y fatigados que se han desbordado de aguantar tanta injusticia..
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