lunes, 18 de abril de 2011

Nefasta gestión de Aina Calvo contra el pueblo

A vosotros os cabe el honor de haber concienciado a un sector muy numeroso de la población palmesana y, por extensión, a gran parte del colectivo humano balear.

A pesar de que el barrio de Son Gotleu no está dimensionado para albergar la enorme densidad poblacional actual de mayoría extranjera; que la mezcolanza étnica crea problemas de convivencia; que la ayuda social y económica está dirigida sólo al pueblo africano y que la que se merecen las demás etnias brilla por su ausencia; que el respeto a las Ordenanzas Municipales se cumple en una pequeña parte; que la Asociación de Vecinos Orson Welles está ninguneada por parte de la señora Alcaldesa; que estáis huérfanos de la consideración que merecen estas entidades ciudadanas; y que, según aseguró la edil, dispondrían de la prioritaria atención por parte del Ayuntamiento; me he dado cuenta de que estáis luchando, como Gary Cooper en la película Sólo ante el peligro, completamente desasistidos.

En la ciudad se están destruyendo símbolos en los que se refleja la identidad y la cultura de la mayoría de los ciudadanos: militares, religiosos, que sólo pretenden perpetuar enfrentamientos entre españoles. Se puede renegar de la Historia pero no de los acontecimientos que almacena, porque son incuestionables.

Me pregunto ¿Cómo gobierna el Ayuntamiento la señora Calvo? ¡No gobernando!

El bagaje de compromisos incumplidos de la señora Alcaldesa es muy largo. Enumerarlos es tarea ímproba y no dispongo del suficiente espacio para detallarlos. La hemeroteca no me desmiente. Vale la pena verla, si son capaces de soportar el hedor. Gobierna en minoría. Todas las mociones presentadas por la oposición las pierde y no actúa en consecuencia. Esto es gravísimo. Esta señora es política incorregible, inaccesible, y antidemocrática incurable. No se le ha apreciado ni una mera resignación al cargo. Crecida a la utopía  -según decía-, ciertamente su ensoñación empuja a la ciudadanía hacia el abismo político y económico. Nada me hace simpatizar con esa actitud.

No ha contado la verdad al pueblo a quién se debe, por encima de sus lealtades políticas. Ha multiplicado los ejercicios antidemocráticos y mientras juzga de modo distinto el mal del mundo y a sus responsables, la moral se pudre en una charca inmóvil.

Entre la aurora de su nombramiento y el ocaso político de hoy,  sólo de pensarlo se le debe cortar el aliento. Fíjese lo que representará para usted no aprovecharse de privilegio alguno; o el silencio con que transcurre su vida sin poder institucional. Da vértigo el suponerlo.

Sentirá escalofríos cuando recuerde el olvido póstumo; con tristeza pensará en la indiferencia con que se la mira a su paso. Perdido el sueño absoluto que ató su lucidez hasta cegarlo, pero que no interrumpió su exigencia de una actitud moral.

Enfrentada a las ruinas de su esplendor, carcomida por la conciencia, sin el anhelo de poder implantar el nuevo orden de giro despótico que proyectó en la penumbra, emulando la pretensión de sus jefes del PSOE. Con lo hermoso y conmovedor que para usted hubiera representado ofrecer a sus hijos una cultura sin el antifaz de la verdad, de la entronización, del oportunismo, del cinismo y de la frivolidad.

Lo lamento de veras. Al fin y al cabo es usted una criatura humana y, por eso, debo advertirla de que no obtendrá beneficio alguno; más que de los aduladores, de los mediocres, de los arribistas y de los meramente ilusionados. 

Amigos de Son Gotleu: honor para ustedes que defienden la preeminencia de contar con su gestión para el ciudadano, en vez de apreciar las señas de identidad que no están de moda en nuestro tiempo, que no riman con un mundo que ha perdido la capacidad de pensar más allá de un idealismo estrecho y donde la indiferencia y el cinismo se cubren las espaldas con el fracaso de los grandes proyectos.
  
Mi impresión, querida Asociación de Vecinos Orson Welles, sobre Doña Aina Calvo, Alcaldesa de Palma de Mallorca, es que, metafóricamente, está sobrenaturalmente envejecida. Que es un espectro de su tiempo y de un mundo extinguido, políticamente hablando. Es como aquella persona que va a un manantial de agua fresca, nítida, clara y la abandona, como quien se aleja de un río envenenado.

Aristófanes

1 comentario:

  1. ¡Bravo,Aristòfanes de Bergerag!
    Estos tiempos que corren,imposibles para un soñador.

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