El alcalde de Palma de Mallorca, Mateo Isern Estela, gran incumplidor de la Ley, durante los casi tres años que lleva de su mandato, se ha destacado por negarse a sancionar a quienes la infringen reiteradamente porque, dice que él tiene otra forma de gestionar, de gobernar.
Como esta política desastrosa le ha llevado a un callejón sin salida, desde hace meses ha estado preparando una Ordenanza Cívica para -en teoría- resolver el incivismo que él ha creado, tratando de ocultar que en las actuales ordenanzas municipales, en los reglamentos y en las leyes hay un rigor y unas sanciones ejemplares, mientras que en su engendro incívico queda todo diluído -dejado a la interpretación del agente- con unas sanciones ridículas: 50 € para la mayor parte de ellas, reducidas a 25 € por pronto pago.
Es de todos conocida la predilección de Mateo Isern por la descontrolada inmigración que padecemos, por la cual se ha desvivido desde el principio destinándole grandes recursos económicos y humanos, prohibiendo sancionarla, pues dice: YO ESTOY POR LA EDUCACIÓN Y LA INTEGRACIÓN. Y ante el peligro que se cernía sobre ella, ni corto ni perezoso, ha suprimido de su engendro incívico el capítulo dedicado a sancionar, a estos "pobrecitos" que se amontonan en PISOS PATERA, o lo que es lo mismo: Pensiones clandestinas que defraudan a la Hacienda Pública y crean el incivismo en las comunidades. ¡Ah!, pero son los intocables del déspota de Mateo Isern
Buena parte de estas Pensiones clandestinas son propiedad de africanos -principalmente nigerianos-, que vivieron un cierto tiempo en ellas, pero como habían llegado al País de Jauja, las alquilaron a otros compatriotas y se fueron a vivir a otro piso -los créditos volaban- huyendo del gran follón de Son Gotleu.
A partir de ese momento se desentendieron de la comunidad, dejando de pagar sus cuotas, que tampoco pagan los nuevos inquilinos, quienes, además, meten dentro a todas las personas que pueden, cobrando por ello, con frecuentes cambios de clientela. Con lo cual dejan a la comunidad en quiebra y en un estado caótico.
Esto es una de las grandes enseñanzas de Mateo Isern a sus pupilos africanos, discriminando al resto de la población, al fomentar el incivismo, los negocios sucios, el crimen organizado, el gran negocio de la droga, de la prostitución, etc.
2 septiembre de 2011 - Aquí Isern ya había decidido servir en todo y por todo a la descontrolada inmigración. |
Recordamos el 2 de septiembre de 2011, cuando Mateo Isern -que durante un mes y medio rechazó nuestras tres peticiones- se vió forzado a recibirnos a consecuencia del terrorismo nigeriano del 29 de agosto, que conmocionó a toda España. En esa reunión pedimos que se exigiera a la inmigración lo mismo que se nos exigía a nosotros:
1 - Todos documentados: Identificación, trabajo, paro, etc.
2 - Controlar en que vivienda residían y en calidad de: propietario, alquiler, realquilado.
3 - Hacer cumplir las normas de habitabilidad, impidiendo el hacinamiento.
4 - Hacer respetar el horario de los comercios.
A lo cual Mateo Isern contestó que casi todo era competencia del Delegado del Gobierno. Y se quedó tan fresco. Era evidente que ya había decidido privilegiar en todo y por todo a la violenta y descontrolada inmigración que nos había invadido -la nigeriana- al grito de: "¡Racistas, racistas, racistas, os vamos a echar de aquí y nos haremos del barrio y de la Ciudad!"
Cuando terminó la reunión, Mateo Isern, nos despidió diciendo: "Yo estoy aquí para serviros a vosotros, yo soy un servidor del pueblo y me satisface poder ayudaros". A este gran impostor e incumplidor de la Ley, se le olvidó decir que se estaba refiriendo a su querencia demencial por la inmigración. Solo cabe decir que nunca ha querido saber nada de las 4 propuestas que le hicimos sobre la inmigración.
Este engendro incívico debería entrar en vigor en junio en toda la ciudad. Pues no, Mateo Isern ha decidido que sea en otra de sus grandes apuestas: La Playa de Palma, adonde van a delinquir las mafias nigeriana y senegalesa, procedentes de Son Gotleu. Es indudable que Isern hará lo que le dé la gana, menos hacer cumplir la ley y poner orden. Que no se preocupe, en esta vida, al final, todo se paga.