Congreso de los Diputados |
Hay politicos gobernantes cuya granítica máxima es dedicarse con fruición a hocicar en el limitadísimo y no siempre fértil campo de los gestos, a fin de encarnar una nueva forma de gestionar la cosa pública -evidentemente, una farsa-, asentada en una fuente de la que fluyen incesante y extenuantemente disparatadas ideas que no hacen más que confirmar la paranoia que disfrutan en busca y conservación de un poder omnímodo perdurable, ademàs de incluir promesas que no cumplen, sin importarles la gestión de gobernanza que han diseñado.
¡Qué tremenda revelación la muestra que de ello ha ofrecido y ejemplarizado, con ferocidad, el enardecido y felón Rajoy durante 2011-2015!, y que forma parte de un duro plan programado para transmitir desasosiegos, penalidades y jirones a los ciudadanos al efecto de situarnos en un diabólico laberinto del que no podamos escapar.
De Giuseppe Tomasi de Lampedusa es la famosa frase: Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. Se esté o no conforme, todo cambio supone un bien o un mal; depende a quien afecte, pero en todo caso esconde los elementos asociados a la verdad y al bien. En cierta ocasión, alguien se refirió a un progresismo nefasto que consiste en alterar el alma humana para que se adapte a sus condiciones, en lugar de alterar las condiciones para que se adapten al alma humana.
Es una pena comprobar que nuestras vidas están expuestas frecuentemente a azares y a situaciones peregrinas que superan nuestra imaginación, lo que confirma el dicho de que la realidad siempre supera la ficción. No deja de ser llamativo, empero, que a las ficciones -producto de la imaginación humana- les reclamamos más verosimilitud, cuando constantemente nos deja constancia de sus inverosimilitudes.
La evolución política en las casi cuatro décadas pasadas, nos descubre -una vez desgranados los entresijos por donde discurrió la malhadada macedonia de partidos- que los gobernantes participantes, independientemente del partido al que pertenecen o pertenecieron, no supieron o no quisieron dedicarse a cumplir y hacer cumplir las normas a que están obligados y que de la Constitución emanan. El mismo desafuero cometieron al seccionar los fortísimos lazos que indefectiblemente les debe unir a su función gubernamental.
Comprobar la ingratitud, que como ley de vida afecta a los políticos, ha constituido una desilusión y un pasmo para la mayoria de los españoles, puesto que es dificil ser peores, aunque todo es ponerse a serlo según estamos observando siguiendo el bochornoso espectáculo que manifiestan los mayestáticos políticos Rajoy y Sánchez, renuentes a la libertad, a la honradez, a la modestia y a la dignidad y sobrados de orgullo y de soberbia.
Virtudes que se amplifican a medida que ingieren -atrapados por su incontenible ego y deseo de poder y ansias de obviar lo hermoso, aunque perecedero, de la vida-. viagra placentera -metafóricamente hablando-, dando muestras de que, ante todo, priman sus intereses particulares -a los que han dedicado siempre una ferviente devoción y un programa de mantenimiento minucioso-, sobre los generales de los españoles.
Esta rama de asilvestrados, vulgares defraudadores y engreídos políticos -cuya perversa patología precisa de una liposucción urgente-, descartan cualquier intento de reconciliación con la racionalidad y con el sentido de Estado. No desdeñan la frialdad, el distanciamiento y la firmeza como medio de llevar a cabo su sintonía con una función acaparadora y represiva, diatrelmante opuesta a ese inmenso fulgor que despide la luz de la libertad, a pesar de que disfrutarla y practicarla no nos exime de las tribulaciones y aflicciones que nos infieren esos irresponsables mandatarios.
En compensación, la Ley enseñorea a estos ciudadanos libres en tanto la cumplan, la sostengan y vivan pareados con los que, asimismo, la cumplen. Enseñó Aristóteles que lo tiránico no puede ser justo. Añadió, Que no sea solo uno el que juzgue, sino muchos. Siguió opinando que la Comunidad implica la amistad y debe estar constituida de elementos iguales y semejantes en el mayor grado posible.
De llevarlo a cabo, una ciudad así será necesariamente la mejor gobernada. Sigue diciendo Aristóteles: La ciencia del señor (gobernante en este caso), consiste en servirse bien de los criados (ciudadanos a quienes representa), porque el ser uno señor (gobernante) no consiste en poseer (disponer) a los siervos (gobernados), sino en saberse servir de ellos (saber tratarlos democráticamente). Por eso los que están sobrados, que no les es forzado administrar sus cosas por sí mismos, tienen ya su mayordomo.
No puedo evitar ocultar que participo del sentimiento de impartir clemencia a estos figurones, a las poses que asumen sin saber lo que destellan e ignorando que un día tendrán que lamerse las heridas morales -que nunca cicatrizan- que sus propios desatinos y la incapacidad de pensar les mortificarán. Mientras tanto y a pesar del sentimiento de piedad que mis principios cristianos abriga hacia ellos, justo es rogar a Jesús de Nazaret, para que -a estos despegados del bien-, los encamine hacia horizontes donde su inmenso egocentrismo, e inaudita ferocidad, queden derretidos para su bien y el nuestro.
Erich Fromm - (1900, Fránkfort, Alemania - 1980, Suiza) |
Y concluyo esta crónica con temor a equivocarme. El tiempo lo dirá, pero pienso que esta inquietante y novedosa casta de gobernantes, no han podido ni pueden superar la desaparición del bipartidismo en España, del cual se han nutrido para perpetrat toda clase de fechorías. Tampoco los veo capaces de erradicar la corrupción generalizada existente en España. Y vista la crueldad que exhiben estos gobernantes, no descarto que esté asociada al pánico, al pavor que sienten los tiranos al tener que enfrentarse a la libertad. Erich Fromm en su tratado EL MIEDO A LA LIBERTAD, lo atestigua.
La crueldad de nuestros gobernantes la practican frecuentemente a diferencias cromáticas y no precisamene asociada a los semblantes más subidos de pigmentación. Forma arte del pánico a verse asediados y maltratados por esas etnias. A veces pienso que estos políticos acicalados proceden de la escoria acumulada en los estercoleros. Pilar Cernuda dixit que "La suciedad y el mal olor corpóreo físico", ha aparecido en el Congreso de los Diputados, recientemente formado. Muy edificante, por cierto.
Cicerón - (107 a. C. - 43 a. C., asesinado) - "La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio". |
Finalizo ya. Cicerón dijo que: "LA SALUD DEL PUEBLO ESTÁ EN LA SUPREMACIA DE LA LEY". Me gustaría que la respetaran -a pesar de que no se les conocen buenas acciones-, porque así verían brillar el sol en su cénit y, lo más importante: evitarían la posibilidad de que asistiéramos a una traumática efusión de sangre. En cualquier caso, me agradaría que durante años y años, esta clase de políticos y gobernantes pudieran disfrutar de la claridad y hermosura del alba. Sinceramente lo digo.
Me muestro radicalmente contrario a oir sus desgarradores alaridos, cuando el fuego y el aceite hirviendo intente fundir la silicona que sujeta sus posaderas a la poltrona que, por cierto, no tiene semejanza alguna con la silla gestatoria que, según la leyenda, antiguamente usaban los Papas, para que los Cardenales, que lo habían elegido en la Capilla Sixtina, comprobaran si existían sus partes castas, mediante tacto testicular. No teman, aquellos tiempos ya pasaron.
Ramón Quiñonero Solano
Autor del presente escrito
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