TEMAS EDUCATIVOS
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Objetivos de la educación
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Primera parte
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Ramón Quiñonero, autor del presente escrito |
No
es la mejor educación aquella que engendra y genera propósitos que
ocultan ciertos educadores a los educandos. Para ellos, lo importante y
el auténtico origen y sentido que tiene el
impartir docencia, es la conculcación de las normas legales.
En
las Illes Balears, grupos minoritarios que, no forman parte del
ejercicio pedagógico, -conectados en fusión y admirable urdimbre con
docentes catalanistas de toda grey- pretenden con obstinación, forzar en
las escuelas públicas una enseñanza basada en inocular a los niños una
pedagogía calcada de la que en Cataluña se viene impartiendo desde hace
más de treinta años.
Estos doctrinarios
"pedagogos" reniegan de la misión que las leyes del Estado les asigna,
menosprecian a quiénes les retribuimos vía impuestos y encima exigen
que aplaudamos su sistema "educativo" y su
insurrección.
Contraponen al
sagrado derecho de los niños a la enseñanza, a sus propios intereses de
poder ideológico y de lo que parece una orgía de veneración a unos
iluminados gobernantes de Cataluña, enfrascados en un proceso de
secesión de España.
Una cosa es ser docente y
otra merodear el ámbito de una depurada indecencia. Todo es un desfile
de despropósitos descalabradores. Una estrepitosa caída del crédito, de
la dignidad, del prestigio, de la fama. Es caer en una deshonra
gratuita.
Esta
introducción no tiene más sentido que el de hacer un recorrido por las
distintas etapas por la que los seres humanos discurrimos en nuestro
periplo existencial.
A este fin me propongo
diseccionar la infancia, pubertad, adolescencia, primera juventud,
madurez y tercera edad, en base a estudios sobre sistemas educativos de
Inglaterra y Finlandia y de lo que manifiestan expertos en pedagogía y
psicología.
Vale
la pena reconducir el tema a sus orígenes. Los derivados del legado
clásico, recuperado plenamente del saber de Grecia, asimilado por Roma
del helenismo en el terreno docente, en especial gracias a Cicerón,
principal impulsor de
la llamada "humanitas romana", asumido también por el cristianismo una
vez tamizado y filtrado.
Aristóteles decía que "La educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden ético".
Otros
clásicos como Platón, Sócrates, Séneca y contemporáneos como Unamuno,
Joaquín Ruíz Giménez (ministro de educación de España en 1951) por no
citar a otros, dejaron constancia de que el objetivo de la educación
es:
1. El de incentivar el proceso de estructuración del pensamiento,
de la imaginación creadora, las formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica.
2. El de favorecer el
proceso de maduración de los niños en lo sensorio, la manifestación lúdica y estética, el crecimiento
socio-afectivo, la iniciación deportiva y artística y los valores éticos.
3.
Estimular hábitos de integración social, de convivencia grupal, de
solidaridad y cooperación y de conservación del medio ambiente.
4. Desarrollar la creatividad de la persona.
5. Fortalecer la vinculación entre la institución
educativa y la familia.
6.
Prevenir y atender las desigualdades físicas, psíquicas y sociales,
originadas en diferencias de orden biológico, nutricional, familiar y
ambiental.
7.
La educación, como concepto, es un proceso de socialización y
endoculturación de las personas a través del cual se desarrollan
capacidades físicas e intelectuales, habilidades, destrezas, técnicas de
estudio y
formas de comportamiento
ordenadas con un fin social (valores, moderación del diálogo-debate,
jerarquía, trabajo en equipo,
regulación fisiológica, cuidado de la imagen).
8.
Los educadores deben prescindir de actuar ideológica y políticamente,
evitar la manipulación sectaria sobre los alumnos y en consecuencia,
deben ceñirse al plano intrínseco de lo que representa una educación
íntegramente neutral.
9. La escuela, los maestros y el sistema educacional deben obligatoriamente dirigir sus esfuerzos, de acuerdo
con sus competencias
básicas, a la construcción individual del conocimiento sin paliativos, basado en una educación de buena calidad
para desarrollar el aprendizaje de los alumnos. No deben ser propósitos, sino metas.
10.
Los clásicos hacían especial hincapié -y así debe ser- en lograr que
todos los niños adolescentes del país tengan las mismas o similares
oportunidades de cursar y concluir con éxito la educación básica, para
así conseguir los aprendizajes que se establecen para cada grado y
nivel, pues argüían que son factores fundamentales y determinantes para
sostener el desarrollo de la NACIÓN. Apostillaban que la historia de la
educación se ha de ceñir a la división de las edades del hombre.
Grabado de la enseñanza en Grecia |
11.
El educador debe promover el desarrollo intelectual y cultural del
educando y prescindir de la INDUCCIÓN. Por eso, decían, que es muy
importante diferenciar la EDUCACIÓN de la "forzada e inculcada
instrucción o del adoctrinamiento".
12.
Decían que en la educación, el ser humano es un sujeto activo que, en
gran medida, se guía por la INDUCCIÓN o incluso también del RAZONAMIENTO
ABDUCTIVO, aunque principalmente por la DEDUCCIÓN.
13.
En
cambio, el sujeto de la instrucción o de un adoctrinamiento es aquel
que solo repite la información, ya sea correcta o errónea, que se le
inculca. De ahí la importancia de que el maestro se sujete a las normas
éticas que le exige su profesión.
14.
En resumidas cuentas, la GENUINA EDUCACIÓN es un aprendizaje (learning
en inglés) abierto, que va más allá de ESQUEMAS PRECONCEBIDOS y que
tiende a favorecer el desarrollo de la conciencia, la razón y la
inteligencia de cada educando. Estas cualidades son el mejor desempeño
de cada persona educada para llevar a cabo, en lo posible, su óptima
forma de vivir una vida culta en sociedad.
No
parece,
empero, que estas
precisas y bellas normas de conducta de los maestros clásicos y de los
inteligentes contemporáneos, acerca de los objetivos que se precisan
para impartir una educación adecuada, sean los objetivos preferidos de
los maestros catalano-secesionistas.
Ramón Quiñonero Solano
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