La Voz de Son Gotleu: BOTELLÓN: ¡Azote del pueblo!

lunes, 3 de marzo de 2014

BOTELLÓN: ¡Azote del pueblo!

El alcalde de Palma de Mallorca, Mateo Isern Estela

Mateo Isern Estela, alcalde de Palma de Mallorca, desde el 11 de junio de 2011, se ha negado a suprimir el botellón del infierno del Pasaje Pico de la Veleta, a pesar de las muchas denuncias y quejas de los atormentados vecinos, los cuales tienen que soportar las graves molestias que les infligen, cada día y cada noche, los individuos que han tomado el lugar -la vía pública, rodeada de viviendas- como escenario particular de sus francachelas, borracheras, vocerío, fumata de porros (que apestan y atontan a los vecinos), meadas y suciedad a granel.

P1020899 - 3 marzo 2014

Mateo Isern se niega a utilizar las ordenanzas municipales, de obligado cumplimiento, contra la utilización indebida de la vía pública, alteración del orden público, molestias a los vecinos, ensuciar a sabiendas y vertidos en la calle. Este pésimo alcalde lo permite todo, porque él está para educar, no para sancionar los incumplimientos del orden establecido. Es decir, de hecho, se sitúa fuera de la ley sin importarle el grave perjuicio que ocasiona a las personas afectadas.

P1020901 - 3 marzo 2014

Sr. Isern, entre otras cosas, usted ha manifestado: "Desde el principio mi prioridad ha sido estar al servicio de las personas". ¿A quienes se refiere usted? ¿Acaso nosotros, a los cuales discrimina, no somos personas?. Lamento recordarle que los que malvivían en el Gueto de Varsovia, esperando la muerte, no eran considerados como personas, porque eran judios.

Usted, Sr. Isern, con su política desastrosa, nos ha metido en el Gueto de Son Gotleu, pero sin matarnos, porque el ordenamiento vigente no se lo permite, sino sin dejarnos vivir, lo cual es muy parecido a muertos vivientes. No le quepa la menor duda que algún día pagará tanta maldad contra un pueblo sufriente e indefenso. Aquí ya no existe la posibilidad de un levantamiento, como hicieron heroicamente los judios de Varsovia, nosotros ya hemos sido aplastados, prácticamente aniquilados.