Introducción:
A mí me complace mucho sondear los campos de la enseñanza. De ahí se obtiene el combustible para rescatar de la niebla a conciencias adulteradas por la mala praxis de ciertos educadores. Ello me conduce a una extraña sensación de envídia y desasosiego al establecer comparaciones entre los sistemas de enseñanza de las Comunidades españolas y los prácticos métodos de educación que emplean en Finlandia -especialmnte- y también en Japón e Inglaterra, como modelo permanente e invariable política instructiva, independientemente de la ideología del partido gobernante.
Joaquín Ruiz-Giménez, Madrid 1913-2009 |
El año 1951, siendo Ministro de Educaión de España Joaquín Ruíz-Giménez, se programó un Plan de Enseñanza que se mantuvo vigente hasta que, siendo Secretario de Estado de Educación -allá por los años 80- el inefable socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, fue demolido y sustituido. En su lugar, el Gobierno González, se dedicó a convertir las Escuelas de Primaria, Institutos de Enseñanza Media y Universidades de Enseñanza Superior, en fábricas productoras de indigentes culturales, iniciando un proceso cultivador de anodinas enseñanzas y de doctrinas partidistas. Y eso ha perdurado y mantenido. Es lo que tenemos ahora, ¡una verdadera pena!
Mi vocación prioritaria es la formación y he trabajado denonadamente para mantenerla, precisamente por la falta de alicientes que observo aún persiguen a las generaciones adiestradas en la insolvencia y en la obediencia ciega a sus doctos explotadores. Todo alineado en una sola dirección: la inculura convertida en condenable veneración.
MÉTODOS DE ENSEÑANZA Y SUS IMPLICACIONES
Muchos
padres se encuentran ante una disyuntiva a la hora de educar a sus
hijos porque desde 1990 se ha pasado -sin tender puentes- de una
educación autoritaria a
una psicológica y pedagógica, en la que la prioridad es el niño y sus
deseos, razón por la cual los hijos aprendieron a recorrer el camino
ideal para mandar a sus padres.
Los
padres han caído en la cuenta de que bajo esta última fórmula no se
están logrando buenos resultados, ya que se consigue tener hijos
caprichosos, infelices y tiranos
Un
método para mejorar la relación con los hijos puede consistir en la
aplicación de unas pautas bajo las cuales los malos hábitos de los
padres y de la prole, se diluyan en beneficio de la estabilidad
familiar. Para ello hay que cambiar la forma de actuar y la manera de
dar ejemplo. A veces, los padres, nos sentimos preocupados porque los
hijos están "todo el día" con el móvil en la mano. Pero, ¿cómo no van a
ser así si nosotros mismos reconocemos que cuando llegamos a casa nos
dedicamos a descansar, a ver los programas de televisión y usando el
móvil para llamar o recibir mensajes. Los hijos hacen lo que ven.
Aplicar las pautas siguientes, creo que es necesario.
Aprender a escuchar de verdad
Hay
personas que por naturaleza tienen el talento innato de saber escuchar,
pero otros deben aprender a desarrollar ese talento. Escuchar de verdad
significa “abrir no solo el canal auditivo, sino los sentidos del ver y
oir". La información que aporta el lenguaje corporal y la tonalidad de la voz contienen más información que la verbal. Así que es imprescindible tener en cuenta estas variables para aprender a escuchar, ya que es una forma de predicar con el ejemplo.
Informarnos
Se
dice que los hijos deberían venir con un manual bajo el brazo, o que
nadie nos ha enseñado a ser padres. ¡Totalmente cierto! Deberíamos
preguntarnos, «¿cuántas páginas web, agencias,
etc., consultamos antes de emprender un viaje?. ¿Cuántos buscadores
usamos antes de comprar un piso? ¿Cómo nos hemos preparado para ser
padres? Por tanto, una vez contestadas interiormente estas simples
preguntas, ¿a qué conclusión llegamos?». A que una de las tareas más
importantes a las que nos enfrentamos en la vida, es la de que no nos
informamos como debiéramos.
Ordenar
Nuestros
hijos necesitan orden en sus vidas y, para ello, nos tienen a nosotros.
Parece que en la SOCIEDAD ACTUAL se ha perdido un poco este concepto y
habría que esforzarse para recuperarlo. Debemos dar órdenes a nuestros
hijos, marcando hábitos a seguir, horarios que cumplir, obligaciones que
se deben realizar, señalando límites que no se pueden cruzar. Eso, sí.
siempre acompañados de mucho amor y ternura. y perdiendo el miedo a sus
negativas, sus reproches y toda una serie de artimañas para no seguir
nuestras propuestas, función que frecuentemente es cansina -después de
un duro día de trabajo-, pesada e incluso no apetecible. No obstante,
nuestra obligación es poner orden en la casa y en sus cabezas.
UNIFICAR
Es
muy importante que cuando hablamos a los hijos unifiquemos criterios,
por lo que los responsables de su educación deben seguir una misma idea,
especialmente nosotros, los progenitores. Cuando el padre o la madre
son estrictos en alguna exigencia y uno de ellos mira hacia otro lado,
aparece en el hijo una ayuda momentáneamente deseada, pero creadora de
nocivas inclinaciones que afectan a su desarrollo normal. Estas
ignoradas consecuencias -por ello, los padres las consienten- reducen la
obediencia de los hijos, su autoestima y el esfuerzo que deben realizar
para conseguir la mejor integración en la sociedad actual. En el caso
de padres separados, estas anomalías pueden ser más pronunciadas por lo
que sus derivaciones pueden agravarse.
Por
el bien de ellos, deberíamos hablar con nuestra ex-pareja y tener
charlas conciliadoras que nos unan, al menos, en este empeño. El colegio
debe conocer estas interioridades personales, a fin de que siga una
coherencia en la educación que se imparte a los hijos en casa, puesto
que la mayor parte del día la pasan en la escuela. FIN DE LA PRIMERA
PARTE.
Ramón Quiñonero Solano
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