domingo, 6 de julio de 2014

Como educar a los hijos

COMO EDUCAR A LOS HIJOS - NO HAY QUE PEGAR A LOS NIÑOS

Muchos padres cometen un error: no valoran el hecho de criar a un niño. Hay que rendir en el trabajo, tener tiempo libre, estar en forma ... Y el niño queda en segundo plano y ve mermada su necesidad de tener cerca a unas personas de referencia: los padres. Éstos deben educar a los niños de la forma más beneficiosa para ellos, puesto que si se quiere educar al hijo desde el respeto, una buena conciliación de la vida laboral y familiar es imprescindible.

Lo que hoy es una moda, es lo que se hace desde la Revolución Industrial, que cambió muchísimo la forma de vida de la sociedad y, con ella, la forma de educar a los niños desde el comienzo. Con la Revolución Industrial se introdujo el biberón para que las madres pudieran trabajar y se comenzó a separar a los niños de los padres a la hora de dormir; cosas que hacemos ahora y que creemos que se han hecho toda la vida. Dormir con los hijos en la misma habitación es tan antiguo como las cavernas. Lo que es novedoso y está de moda son las cunas, pero no el hecho de compartir lecho.

La mamá debe ser una firme defensora del apego, de la lactancia, de compartir lecho, de los partos naturales. Pero, por encima de todo, defensora de su libertad. Sin embargo, proliferan grupos que usan su nombre como reclamo, para defender la crianza con apego, pero no han entendido nada, ya que no respetan otras formas de criar. Es importante no subestimar la pro lactancia, pero es prioritario defender el derecho de la madre a escoger en libertad. Lo mismo en los partos: cuanto menos medicalizados, mejor, aunque la mujer, una vez informada, debe escoger en libertad.

Lo que nunca debe hacerse, bajo ningún concepto, es pegar a los niños. Eso jamás. A pesar de que es un delito contemplado en el Código Penal, existe todavía la arraigada y cruel costumbre de atormentar a los niños con el azote, con la zurra, con el palmetazo, con el cachete, con la fusta y hasta aplicando el castigo del ayuno. Muchísimos padres tienen la costumbre de silenciar a sus hijos con esos métodos que guardan similitud con la despreocupación, la holgazanería y el egoísmo.

No desean ser molestados porque les delata su propensión a la comodidad y no sienten pudor ni responsabilidad por dejar desamparados del amor, del cariño y de la ilustración a la qiue obliga su condición progenitora y protectora -a nivel del entendimiento que pueden percibir estos angelitos- para dotarles a sus ávidos infantes que, permanentemente, desean atención a su innata curiosidad del ¿por qué? y ¿para qué?. Parece que esos padres, y otros que creen que los problemas se solucionan con pegarles, ignoran que los niños, son niños, pero no tontos.

Ignoran, además, de que es un abuso de superioridad. Saber hablar con la gente, hacer frente a los problemas diarios ... Ese es, a mi parecer, el legado más importante que se puede ofrecer a los hijos. Creo, además, de que un niño que sepa manejarse en el ámbito emocional, porque sabe hablar, escuchar, lidiar en cada situación, tiene también el éxito garantizado, porque ser poseedor de todas estas cualidades, ayuda a abrirse un camino en este mundo.

Es razonable que los padres quieran lo mejor para sus hijos y que los apunten a inglés, ballet, música ..., pero no se dan cuenta que el exceso de actividades puede provocar cansancio y hastío en los niños, con lo cual bajan su rendimiento y, además, pueden terminar odiando a aquellas materias a las que sus padres les han apuntado. Existen otros aspectos más importantes. Por ejemplo: enseñarles a ser felices o a sortear los peligros, que no son pocos. No hay que hacerlos remisos a base de castigarlos.
Ramón Quiñonero Solano, autor del presente escrito

Finalmente, quiero recordar que cuando la pareja llega a un punto de no encuentro y surge la imperiosas necesidad de la separación, del divorcio, se debe respetar escrupulosamente la vida e independencia de los hijos, sin entrar en disputa de a quien pertenecen, quien se los lleva. Tienen vida propia y pertenecen a sí mismos, y si no se les manipula, siempre estarán al lado de ambos progenitores. Así es la vida, si respetas, serás respetado.

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