HUNDIMIENTO IRREVERSIBLE...

HUNDIMIENTO IRREVERSIBLE DEL SEGMENTO IDEOLÓGICO QUE ACOMPAÑA AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR ALCALDE DE PALMA.

Ramón Quiñonero Solano, autor del presente artículo.

ALCOHOLEMIA POLÍTICA

Impresiona leer la denuncia fraguada por verdaderos héroes sociales -miembros de la Policía Municipal- quienes, prescindiendo de las consecuencias que,  en equivocada y presunta decisión de la Jerarquía política pudiera serles perjudicial, decidieron proteger su dignidad, la de sus compañeros y la de la Institución a la que orgullosamente pertenecen.

Una justa iniciativa cimentada en la moralidad, la ética personal y  profesional que la ciudadanía agradece. Una emocionante defensa de la eficaz labor de sus compañeros y del prestigio de su Departamento que, no es otra que la de respetar y hacer respetar la LEY, LAS ORDENANZAS Y EL ORDEN PÚBLICO, según les encomienda el Ordenamiento vigente. Una decisión que ha dado lugar al registro del Cuartel de San Fernando por parte de la Guardia Civil -a instancias del Juzgado de Guardia-, y que se sustanció, de momento, con la dimisión del Sr. Calvo (imputado) y del Sr. Vera y, en consecuencia la merecida restitución a su antiguo puesto de Intendente a Don Nicolás Herrero -profesional muy competente, al decir de sus subordinados y de los ciudadanos que supieron de su buen hacer y estar- apartado injustamente en su día, por el inefable Sr. Isern. La obsesión del Sr. Alcalde por  designar a mandos policiales bajo criterios políticos, conduce al notable trompazo que ha recibido y que acredita la profunda insolvencia de su proyecto, que ha quedado, como sus principios, arrumbados en el desván de la conveniencia política. Hay personalidades políticas, bien dotadas para una buena gestión que opinan que las reformas organizativas y estructurales son secundarias, sino se reforman antes las actitudes. El Sr. Alcalde ha actuado a la inversa. No ha usado el DISCERNIMIENTO en la toma de decisiones y así le va por no haber diseñado joyas.

Lo más triste es la abdicación de esta facción ideológica que, pivotando en torno al Alcalde, abdicó de las directrices del Presidente del Govern, convirtiendo los hechos en una bandera política, arriada por pragmatismo de poder. ¿Qué ha ocurrido? Ha sobrevenido "la muerte política súbita", porque entre otras "menudencias", el Sr. Isern tenía a su alrededor gente que le aplaudía incondicionalmente, a pesar de que no significa que entre ellos no haya quien ostente las características del buen y honrado político que, por cierto, son la inmensa mayoría, exceptuando la facción a que me he referido.. Es posible que me equivoque y si es así disculpas solicito, pero hay mucha gente que opina que el Sr. Alcalde pretende que "el Ayuntamiento de Palma parezca un aula de párvulos en manos de un maestro desaprensivo". Si esto es así y, por tanto, no escucha a sus numerosos consejeros, no es de extrañar que esta sea una de las razones primordiales con la que este "irresponsable político" pretende justificar el desastre de haber sido elegido Alcalde.

Hace pocos días leo en el prestigioso periódico ÚLTIMA HORA unas declaraciones del Sr. Alcalde de Palma. Puestos a dimitir, dice, "Yo soy el último responsable". 

En su torpe y atolondrada comparecencia, brusca y personal, se le nota por sus palabras -formales, no reales- y parecidas a una falacia envuelta en una burla, laminado, hostigado, hundido. Entendí que fue un discurso sin contradictor, es decir, un sermón. Y es que sermonear es más fácil que discutir, porque es solo dogmatizar.

El alcalde de Palma de Mallorca, D. Mateo Isern, pensando.

Texto del sermón del Sr. Alcalde

"Vengo a dar la cara y ofrecer explicaciones públicas en referencia a los hechos más graves que han afectado al equipo de Gobierno de Cort desde que tomé posesión. Quiero pedir disculpas a los ciudadanos por lo ocurrido y calificar los hechos de intolerables, inaceptables y vergonzosos".

Así comenzaba el Sr. Alcalde de Palma, Mateo Isern, la rueda de prensa sobre el amaño de los exámenes de la "oposición de oficial de la Policía Local de Palma". Reiteró su "compromiso con la regeneración de la vida pública", y recalcó que "no hay ninguna presunción de culpabilidad hacia los implicados, sino una depuración de responsabilidades políticas porque ane cualquier mínima sospecha la actuación debe ser contundente".

Bueno. No me atrevo a proseguir. El texto anterior se parece a un monólogo de Cantinflas o de Groucho Marx. No se explica la serie de contradicciones que contiene. Me permito recordar que el Sr. Alcalde no es "el último responsable", como asevera. ES EL PRIMER RESPONSABLE.

No ha cumplido con su obligación de actuar "in eligendo" (una desacertada elección). "in vigilando" (falta de vigilancia). Los resultados de su actuación lo demuestran (Ver Artículo 120.4 del Código Penal). La obligación que impone el Artículo 1903 del Código Civil "es exigible, no solo por los actos y omisiones propias, sino por los de aquellas personas de quienes se debe responder". Entre las personas que pueden verse afectadas por este precepto aparece LA ADMINISTRACIÓN. Ver también el Artº 1902 del Código Civil.

La doctrina y la jurisprudencia del Tribunal Supremo no ofrece dudas al respecto de "la culpa in vigilando" y de la "culpa in eligendo". Ver sentencia Nº 277/2008 del Tribunal Supremo del 16 de abril de 2008, siendo ponente el Exmo. Sr. Magistrado Don ANTONIO GULLÓN BALLESTEROS.

Creo que no hay más que decir. La responsabilidad del Sr. Alcalde está clara, y no lo digo yo. Lo dice la Ley. Por lo tanto, no hay que buscar "chivos expiatorios".

A veces no se piensa que en el futuro de los hijos se dibuja el pasado y el presente de los padres. Vale la pena seguir una correcta línea de conducta. "En la vida la incertidumbre, la verdad y el cambio son la regla inplacable y no la excepción". Roberto Crobu, psicólogo italiano.

Me he expresado en libertad y apoyado en la Constitución. Me alegro haberlo hecho con mi lealtad congénita y sin prejuicios, tal como hicieron con ética los honestos ciudadanos que denunciaron la corrupción de ciertos conocidos políticos. Felicitaciones a estos miembros de la Policía Local de Palma.

A los que no actúan con la dignidad debida quizás se merecen "tanta paz como descanso dejan".

Un afectuoso saludo al lector que aguante mis peroratas.

    Ramón Quiñonero Solano